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11 de noviembre de 2009

Monstruos

Vivir sin estar viviendo significa que muere parte de ti a cada minuto que dejas de hacer. No es como dejar de respirar, es como si, simplemente, te dejaras llevar por la corriente.
Allá cada uno, que cada uno haga lo que quiera. Es bonito, es egoísta, pero real.
Lo malo, que mientras cada uno hace lo que quiere, no se da cuenta que, hasta que ha llegado a eso, ha utilizado a personas, personas a las que, una vez encuentran algo mas interesante para ellos, dejan aparcadas en el olvido, fingiendo, cada cierto tiempo, que aun les queda aprecio.

Y el que se queda aparcado piensa en qué ha podido hacer para que esa persona le deje, ¿le habré ofendido? No, no y no, el fallo no esta en uno mismo, el fallo esta en que ha dejado de necesitarte para lo que él quería, que era hacer su vida, y mala suerte, tu ya no entras en ella. Mala suerte, no tienes el gen del egocentrismo y egoísmo desarrollado, tu naturaleza no es tan simple, mala suerte, mala suerte...
Y mientras tanto, planteas al aire preguntas que nadie puede contestar porque, de hacerlo, todo dejaría de ser tan bonito, saldría a la luz la naturaleza real de las personas, la que se oculta tras la máscara, la del ser egocéntrico, la del ser que, aunque no carezca de sentimientos, sólo tiene una preocupación, él mismo.
Son esos pequeños monstruos los que se ocultan tras nosotros, quizá sea algo instintivo o innato en el ser humano, no lo se, pero me preocupa.
No estoy exenta de monstruos a mi alrededor, conozco bien a unos cuantos, y desconozco a otros muchos. No hay que temerles, pero tampoco respetarles.
Nadie es ni más grande ni más insignificante que yo. Todos valemos por igual, a pesar que algunos se crezcan diciendo y creyéndose que todo en ellos es lo mejor. ¿Vanidad?

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