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13 de noviembre de 2009

Sinceramente...

Alterada, atacada.
¿Será verdad?
Las dudas se acercan a la ventana de nuestros ojos, que esperan, entrecerrados, que todo sea mentira, que al parpadear, todos los miedos desaparezcan, que sea, sólo por esta vez, a uno mismo al que le toque algo bueno.
¿Será real?

Porque somos incapaces de creernos capaces de sentir y disfrutar lo bueno, pensando, como siempre, que todo terminará torcido o retorcido, de manera que lo que estamos viendo, sintiendo, que lo que nos está emocionando, terminará en una catástrofe insalvable.
No lo veo.
Somos capaces de juzgar a los demás según nuestras propias reglas del juego, pero ¿Quién nos juzga a nosotros? Esta bien decir que no juzgamos, pero mentimos, quizá, porque esa sea una parte que queremos demostrar y mostrar a los demás, pero no podemos engañarnos, el juicio lo llevamos en el interior, queramos admitirlo o no. Nada es bueno o malo, somos nosotros los que lo juzgamos así.
Las reglas.
¿Quién las sabe? ¿Quién las establece? ¿Son tus reglas mejores o peores que las mías? ¿Y porque no pueden tener el mismo valor? ¿Eres mejor que yo o yo soy mejor? Tanta competitividad, cansa. Eres lo que eres, soy lo que soy. Aceptación, nunca aceptamos a nadie completamente, siempre hay condiciones o estados que no toleramos, que nos cansan de los demás. Pero esta mal decirlo.


4 comentarios:

  1. Cuanta verdad en tus palabras.
    Todos ante los demás decimos que no juzgamos, pero siempre acabamos haciéndolo, pero claro, para muchos no es lo mismo "opinar" que "juzgar".
    Yo juzgo, como la gran mayoría, y seguro que la gran mayoría me juzga.
    Lo mejor, no importate lo que digan de ti.

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  2. Tienes toda la razón, pero en cierta manera nos influye lo que los demás piensen de nosotros. Lo mejor, aprender a caminar por nuestro propio pie... pero cuesta aprenderlo...

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  3. He leído algunos de tus escritos, y es una pena que no sigas escribiendo más.
    Tiene razón Ana Guillem, en cierta manera a todos nos influencia lo que piensen de nosotros.
    Lo mejor intentar que nos afecte lo menos posible.
    Un saludo de un lector.

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  4. Quizá deberíamos relativizar la opinión que los demás tienen de nosotros. AL fin y al cabo, ellos opinan desde su forma de ver las cosas. Aunque yo creo, que ayuda, a veces, que alguien sea sincero y te diga los "malos vicios" que ve en tí. A mi por lo menos me gusta saberlos, porque me gusta corregir actitudes que pueden estar dañando a alguien. Pero claro, no puedes hablarlo con cualquiera, sino con alguien de gran confianza que te conozca lo suficiente.

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